lunes, 13 de diciembre de 2010

EL GRAN AUSENTE EN LA FIESTA DE MIGUEL



Es oficial: Miguel Marín y el Gobernador Hugo Cabezas están peleados. No hay nada más que ver. La confirmación de ese enfrentamiento queda tácitamente al descubierto tras la juramentación de Marín como Alcalde de Boconó, acto celebrado por todo lo alto y donde el gran ausente fue Hugo Cabezas Bracamonte. Al desaire de Cabezas, igualmente se sumaron las diputadas del Consejo Legislativo de Trujillo, también boconesas y, como el mismo Hugo Cabezas, otrora amigas de Miguel Marín.
Otra pista que revela el pleito es el nombramiento del hermano del Gobernador –el mismo que se quedó frío, que lo sacaron y no lo bailaron- como comisionado especial para el municipio Boconó, es decir, que sigue y continúa la alcaldía paralela que Hugo Cabezas le monto a Betancourt, como parte de una retaliación por no aceptar la imposición del hermano del Gobernador como alcalde encargado tras la muerte del inefable Luis Cabezas; también hermano del Gobernador.
Pero al margen de esas menudencias hay otro anuncio más grave e igualmente oficial: Hugo Cabezas ya no es el ungido de Miraflores. El nuevo hombre de confianza de Hugo Chávez para el estado Trujillo se llama Miguel Ángel Marín.
Vale la pena preguntarse ¿qué pasó? ¿Cuál es el origen del desencanto? ¿Cuál fue el pecado cometido por Cabezas Bracamonte? Para muchos la razón estriba en los pésimos resultados de las elecciones parlamentarias del 26 de septiembre, donde todo parecía indicar que el oficialismo metería los cinco diputados. Hugo Cabezas es el responsable de no haber podido mantener la misma votación del 2009, o mejor aún, aumentarla. De haber sido así, no llega Enrique Catalán, curul que de seguro tenían en la lista de los seguros.
Para otros es el pésimo desempeño de la gestión de Cabezas, los manejos de contratos, las comisiones, los viajes al exterior, la barragana fraudulenta, el uso de cédulas falsas para tapar a los advenedizos del proceso y pare usted de contar. Cualquiera que sea el motivo, el pleito está a la vista y el cambio de señas también. El futuro político del estado Trujillo se juega en Boconó. De lo bien o mal que lo haga Marín, dependerán muchas cosas.
Atrás quedaron los días de plácemes en los que Miguel Marín figuraba en el círculo íntimo de gobernador Cabezas; como también quedaron atrás las promesas que en vano le hicieron a Marín para premiarle su lealtad y trabajo. Marín fue otro que lo sacaron y no lo bailaron. En principio iba como Secretario de Gobierno, después como Director del Minfra, después de candidato a diputado por la lista, luego fue candidato por circuito, suplente y finalmente nada… El Hombre viene herido, pero apoyado por quien tiene el poder.

ATENEO EN LA MIRA

Luego de una campaña de rumores puesta en circulación con panfletos repartidos en las calles de la ciudad de Trujillo, el domingo comenzó una guerra de mensajes de textos donde anuncian para el día de hoy la toma violenta del Ateneo de Trujillo por parte de unos Consejos Comunales. ¿Se atreverán o simplemente forma parte de un proceder para generar desasosiego, incertidumbre y caos? ¿Permitirá la colectividad trujillana el asalto del único espacio para el encuentro cultural, educativo y recreacional de la ciudad?
Bueno es decirlo en estos momentos: este gobierno acabó con los subsidios culturales, eliminó todos los programas de subvenciones para generar y mantener espacios culturales. No obstante, el Ateneo de Trujillo se ha mantenido de pie y con sus puertas abiertas a todos los sectores de la sociedad, sin importar color, credo ni posturas políticas. Todo parece indicar que se trata de otra venganza más de quienes lideran el proceso revolucionario en el estado Trujillo, pues al frente de la institución están figuras públicas que han criticado al proceso.

“CHACA” LA CUENTA

Saquemos la cuenta, ¿Cuántos de estos requisitos cumple Malaquías Gil para poder llegar a ser Magistrado del Tribunal Supremo? Veamos. La Constitución establece que es necesario:
“Ser jurista de reconocida competencia, gozar de buena reputación, haber ejercido la abogacía durante un mínimo de quince años y tener título universitario de postgrado en materia jurídica; o haber sido profesor universitario o profesora universitaria en ciencia jurídica durante un mínimo de quince años y tener la categoría de profesor o profesora titular; o ser o haber sido juez o jueza superior en la especialidad correspondiente a la Sala para la cual se postula, con un mínimo de quince años en el ejercicio de la carrera judicial, y reconocido prestigio en el desempeño de sus funciones”. “Chaque” la cuenta y se dará cuenta.